Es un
estilo de vida, una disciplina, un proceso educativo para el entrenamiento de
la mente, el cuerpo y el espíritu. No tiene por objeto únicamente el estudio de
una técnica, sino también el desarrollo personal y el crecimiento
espiritual.
El AIKIDO es
una magnífica síntesis de las artes marciales japonesas, porque además de ser
un excelente método de defensa personal, es una disciplina eficaz para el
desarrollo y utilización de las fuerzas del hombre (tanto físicas como
espirituales). Es además, un arte depurado que goza de buena estética,
sobriedad, dinamismo, sencillez, elegancia y serenidad.
En AIKIDO no
existe la competición porque es un arte netamente defensivo, derivado del arte
de la espada KEN-JUTSU y del arte de las manos vacías JU-JUTSU, incluyendo
elementos de la filosofía ZEN. Mientras que las escuelas tradicionales de artes
marciales hacen énfasis en la defensa personal y el combate, el AIKIDO rechaza
estos ideales puramente físicos y cambia el aspecto de la violencia por la
armonía.
Desde el
punto de vista lingüístico, AIKIDO no es una sola palabra, es la pronunciación
japonesa de tres ideogramas independientes, que lo describen como "aquel
camino que unifica el ser con la energía del universo; una vía o filosofía de
la vida en busca de la armonía del hombre con su entorno".